jueves, 10 de noviembre de 2016

NUEVO GOBIERNO. La llegada y conquista de Odoacro: un nuevo imperio.


Odoacro, líder de los hérulos, llegó a Roma y la conquistó, trayéndonos nuevas culturas y una nueva oportunidad de recuperar a la prosperidad de antes.

Por T. Bogado y F. Lafuente

El joven Rómulo Augústulo entrega el trono a Odoacro
       (ROMANUS) Por fin el final del nefasto imperio está llegando. Odoacro entró a Roma con sus ejércitos de múltiples bárbaros, y cada vez avanza más sobre nuestras tropas que flaquean demasiado frente a las inmensas tropas. En estos días veraniegos de Julio los ciudadanos esperan volver al antiguo gobierno republicano en donde predominaba la prosperidad y el éxito.

      Todo empezó ayer cuando el líder de unos bárbaros provenientes de Escandinavia, un tal Odoacro, había logrado penetrar con sus soldados a la ciudad. Increíblemente, estos hombres lograron pasar por encima del gran muro romano, lo cual hace pensar que puede ser un mejor gobernante que el incrédulo del actual emperador, Rómulo Augústulo.

       Ayer se podía observar cómo las tropas avanzaban sobre las casas romanas. Un sobreviviente pensaba en cómo sería nuestro ejército si estuviese formado por estos brillantes soldados que poco a poco iban matando a cada soldado que intentaba defender la capital romana. También dijo que nunca había visto hombres tan locos y brutos como estos.

       De parte de los legionarios romanos, mucho no se puede decir. Cada vez flaqueaban más y se notaba el poco esfuerzo de parte de los soldados. ¿Qué sería de las campañas militares si Roma ganase? La verdad es que esta batalla sería un cambio importante en cuanto a lo militar y también a lo político.

       Después de batallas en la que los bárbaros destruyeron a los legionarios, Odoacro llegó al centro de la capital romana y conquistó la mitad de un imperio que en un momento fue el mejor de todos los tiempos. Ya terminó la caída dolorosa de los mediocres emperadores que arruinaron todo lo que la república había construido en sus años de gloria. “Fue triste ver cómo el imperio iba cayendo con los últimos emperadores. Los asesinatos y el crimen ascendió en los últimos años. Pero Odoacro parece traer un nuevo gobierno que cambie para mejor lo que es ahora Roma.” dijo un comerciante de los más exitosos.

       Odoacro sin duda tomó las riquezas que el imperio había sacado de otros pueblos. Pero en vez de destruir todos los edificios romanos, los hérulos dejaron todo como estaba. Un patricio, participante del senado, afirmó que el hecho de que no destruyeran la arquitectura romana hacía que Odoacro sea una persona digna de ser emperador del nuevo imperio.

       Como se había previsto, nuestro actual emperador es el líder de los hérulos. “El hecho del cambio de emperador y de cultura no es algo trágico ni perjudicial, sino que es un cambio para mejor, una nueva época de trascendencia.” dijo el nuevo dueño del imperio. ¿Será un gobierno de trascendencia como dice Odoacro? Se puede decir que se le puede dar una oportunidad a lo que viene: un gobierno de prosperidad y riquezas, como lo fue antes la gran república romana.

Otras causas que hicieron caer al imperio.

       El imperio romano ya se venía cayendo desde hace 200 años. La economía cada vez era peor y por eso ya no había nada con lo que se pudiese pagar las guerras, por eso tampoco se expandió el imperio. Además, Roma y las otras ciudades sufrían de fenómenos naturales muy frecuentemente, como tornados , terremotos e incendios, que terminaron destruyendo gran parte de las casas y edificios. La llegada de ayer dio fin a este caos, pero la caída del imperio no sucedió solamente por el ataque de Odoacro, sino por muchos otros factores que lo hicieron posible.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

ROBO A DOS MUJERES RICAS. Roma, rodeada de inseguridad.

Hubo un robo en el centro de la ciudad de Roma, donde dos mujeres ricas, que paseaban en carreta, fueron sorprendidas por un ladrón que les quitó sus objetos de lujo.

Guardias buscan al ladrón.
       (ROMANES). En el centro de la ciudad de Roma, dos mujeres adineradas, sufrieron un robo. El ladrón observó que estas mujeres iban en carretas y no sería un trabajo difícil asaltarlas. Por esa razón, este se subió a su móvil, y logró su objetivo.

       El saqueador pudo subirse a la carreta, y quitarles sus objetos de lujo. Las mujeres estaban sorprendidas y no logran darse cuenta del peligro hasta que lo escucharon. En cuanto el ladrón vio que lo habían descubierto, escapó por la parte trasera del carro.

       Las damas asombradas, llamaron a los guardias en busca de ayuda. Los mismos se acercaron a las señoras al oír lo sucedido, trataron de resolver la situación. No era la primera vez que les sucedía, la inseguridad es común dentro del Imperio

       Los guardias corrieron al asaltante, pero a pesar de todos sus esfuerzos no lograron atraparlo. Llegaron a las calles del Mercado de Roma y lo perdieron de vista. Luego, se comunicaron con los otros soldados, por si lo veían, porque tenían que capturarlo. Allí, un joven guardia, que recién asumía el cargo, dijo que solo lo había visto pasar y no había podido reaccionar.

       No se supo más nada acerca de este ladrón, hasta el día siguiente. Lo encontraron en el medio de un callejón, muerto. Suponen que se le había parado el corazón, al no soportar la presión que tenía cuando los guardias lo perseguían.“El individuo corría muy asustado y agitado”, admitió un doctor que fue testigo de la situación.

       Los guardias, después de lo sucedido, buscaron algunos indicios; el dueño de uno de los puestos de frutas y verduras, dijo: “Vi a un señor, pasar por el frente de mi puesto, con actitud sospechosa.”

       También oyeron las declaraciones de algunas personas que dijeron haber visto a un sospechoso correr por las calles del Mercado de Roma con objetos de lujo, y más atrás guardias persiguiéndolo. La gente no podía creer que el Emperador no haga nada con respecto a estos asaltos repetidos en la ciudad y esperan que el próximo orden social acabe con la inseguridad.

MISA MULTITUDINARIA. El Papa Simplicio convocó a los cristianos a la misa en la Iglesia de San Pablo


El Papa Simplicio celebró una misa en la Iglesia de San Pablo en Roma, junto a diez mil creyentes, dejando de lado la caída del Imperio y reviviendo el latín, que une a todos los creyentes por medio de un idioma común.

El Papa Simplicio consagrando la hostia
 antes de que las personas comulguen.

       (Agencia de noticias: ANR: Agencia de noticias de Roma) El miércoles 6 de mayo, el Papa Simplicio realizó una misa multitudinaria en la Iglesia de San Pablo en Roma; los concurrencia fue   la más numerosa que se haya visto. A este evento, asistieron 10 mil personas de todo el caído Imperio romano. La misa se celebró como había pensado el Obispo de Roma, y su idea fue todo un éxito, ya que todos revivieron la unidad espiritual entre los católicos de todo el antiguo imperio: el latín. Aunque en las distintas regiones de lo que fue el Imperio Romano tienen distintas variaciones de la lengua, todos entendieron al  Santo Padre; es muy probable que la caída del Imperio favorezca a enriquecer la antigua lengua romana.

       En marzo de 476, el Papa Simplicio, tuvo la idea de realizar una misa multitudinaria para revivir el latín en el antiguo Imperio. Esta era una gran idea porque el latín es y fue el idioma predominante en todo el mediterráneo por más de 500 años. Después, comunicó a dos obispos su idea, a quienes les pareció excelente. Hasta ese momento los tres curas eran las únicas personas que conocían el plan,el cual debía mantenerse en total secreto para no arruinar

       Simplicio envió heraldos a comunicar la noticia por todas las costas del mediterráneo donde solía extenderse el Imperio Romano. Los mensajeros avisaron a cientos de personas sobre la misa en la enorme Iglesia de San Pablo en Roma, el seis de mayo de ese mismo año al mediodía. Ellos no informaron a nadie sobre la idea del Papa, es decir, era un total misterio para los feligreses.

       Luego de escuchar la noticia, la gente estaba sorprendida por el mensaje que les habían transmitido. De las personas que recibieron el mensaje, solo once mil dijeron que iban a ir a la Iglesia. Los creyentes que vivían más lejos de Roma ya se comenzaban a preparar para la larga peregrinación hacia la ciudad.

       A fines de marzo y en abril, los cristianos comenzaron la peregrinación hacia Roma, cargados de cosas, ya que se quedarían algunos días en la ciudad. En el recorrido hacia Roma, las diferentes personas, que además iban por distintos caminos, se preguntaban para qué se haría esta misa o también por qué se iba a hacer. Mientras transcurría el viaje un creyente dijo: “Presiento que esta misa unirá a los cristianos, esto no podría haber ocurrido con el Imperio en pie, ya que había habido muchas obstrucciones”. Por estas dudas entre los creyentes  algunos decidieron que no irían por temor a los bárbaros que ya habían asediado Roma tantas veces en el último siglo.

       Mientras las personas viajaban, el Papa Simplicio, junto con otros obispos y sirvientes hacían los preparativos para la misa. Consiguieron todos los objetos necesarios y todos los elementos para la Eucaristía (vino y los ingredientes del pan). Un día antes, ya estaba todo listo; se haría al mediodía, como se había comunicado a los cristianos, anteriormente.

       El seis de mayo al mediodía, se celebró la misa como se había arreglado. El celebrante fue el Papa Simplicio, quien leyó y habló en latín a diez mil personas que llenaban el atrio, y los alrededores de la Iglesia de San Pablo. Al terminar, la gente comenzó a comunicarse entre sí; algunas personas dijeron: “Gracias a la caída del Imperio se puede realizar esta misa, ya que anteriormente tanta revuelta hubiera sido reprimida”. Las personas jamás imaginaron que esa misa los uniría siendo tan distintos, todos se comunicaban utilizando el latín y eliminaron esos pensamientos de que haya una lengua totalmente igual en todo el antiguo Imperio Romano de Occidente. La idea del Obispo de Roma había sido todo un éxito, y como él quería, revivió la lengua de la antigua Roma, enriqueciendo la cultura romana, pero no reviviendo a su Imperio.

       Muchas personas se quedaron algunos días en Roma y pidieron a Simplicio que dentro de seis meses se haga otra misa multitudinaria. Él aceptó y acordó la misa para el 6 de noviembre. El Papa se ofreció a que lo entrevisten y dijo que no era importante el Imperio, sino que se preserve su cultura y que no muera su lengua: el latín. Su idea había sido todo un éxito, unió a muchos cristianos, por medio del latín, pero aceptando a la vez su diversidad. Hubo muchas personas que dijeron que era bueno que haya muchas variaciones así el latín se convertiría en un idioma fuerte y diverso. Luego, los feligreses volvieron a sus hogares, pero totalmente cambiados y con una gran experiencia para contar.

La misa.

       El Papa Simplicio fue recibido afectuosamente por los cristianos presentes en la Iglesia. Luego de hacer la señal de la cruz y los ritos iniciales, leyó directamente el Evangelio, dejando de lado dos lecturas. Evidentemente su explicación, es decir, la homilía, conmovió a las personas presentes. Tras rezar el Credo, y hacer la liturgia eucarística, es decir consagrar el pan y el vino, las personas recibieron la Eucaristía. Finalmente, el Obispo de Roma hizo la bendición final, y envió a todos en paz. La misa fue celebrada correctamente y en latín, todas las personas entendieron al Papa lo que generó una  gran alegría en él.

POLITICA. La caída del imperio, y el inicio de un nuevo reino.

¡Hasta la vista, Rómulo! La ciudad de Roma ha sido invadida por el ejército de los hérulos, al mando de Odoacro.

Odoacro es proclamado Rey por su ejército
       Ayer, 5 de junio de 476 d. C, Rómulo Augusto emperador de Roma fue atacado en su propio reino por Odoacro, jefe de los hérulos, quien después de varios meses de ordenò con su ejército a la ciudad, finalmente entró en esta y se autoproclamó Rey del Imperio Romano de Occidente.

       Los pueblos del exterior habían estado presionando la frontera en los últimos dos años.

       Las tribus bárbaras se habían ido haciendo fuertes durante el transcurso de muchos años, uniéndose para poder vencer al poderoso Imperio romano.

       El imponente ejército de Odoacro se detuvo frente a la gran muralla que rodeaba la ciudad de Roma después de aniquilar todo a su paso. Desde este lugar exigieron las últimas semanas la entrega de las tierras del centro de la península Itálica.

       Ante la negativa de Rómulo Augústulo, el ejército decidió entrar el dìa de ayer a la Capital provocando la caída de Rómulo a sus 15 años de edad. En su lugar, el general de los hérulos, Odoacro ha reclamado el trono de Italia , confinado a Rómulo en Lucayanum, en la bahía de Nápoles.

       El joven muchacho decía que no era justo al encerrarlo y juzgarlo siendo tan joven frente a lo que justificó el nuevo Rey, comentando que no era a él en particular a quien se juzgaba sino a todo los antepasados que representaba.

       Los hérulos son una tribu germánica, provenientes de Escandinavia, con una política de transparencia que significó un soplo de aire fresco en las bases corruptas de nuestra ciudad. La ciudad y el imperio llevan décadas de decadencia en todo nivel -económica, política, militar- , la misma ciudad de Roma ya ha sido saqueada dos veces: En el 410 por los visigodos y en el 455 por los vándalos

       Odoacro nació en 433 d.C., también conocido como Odovacar, posiblemente derivado del germano Audawakrs («que busca la riqueza»). Se ha destacado en batallas desde muy joven, siendo famoso por su astucia, bravura y su crueldad.

       El pueblo ha salido a la calle a recibir al ejército invasor. Odoacro ha sido aclamado por la multitud al grito de ¡Viva Odo! ¡Muera Rómulo! ¡Viva Odo! ¡Muera Rómulo!

       Se espera que con Odoacro todo esto cambie generando nuevas oportunidades para esta grandiosa ciudad.

Los hérulos

       Son una tribu germánica provenientes de Escandinavia, seguramente tras ser expulsados. Sus integrantes se aliaron con los godos y participaron con ellos en varias expediciones de merodeo por las costas de los mares Negro y Egeo. Se los menciona por primera vez en las fuentes romanas en el siglo III, cuando en 268 y 269 participaron en una coalición bárbara que reunió a vecinos y carpos —pequeñas tribus germánicas—, así como a gépidos y, sobre todo, a godos. El ejército coaligado, que se afirma que contaba con más de trescientos mil guerreros (cifra ciertamente exagerada por los cronistas romanos y griegos), atacó a las fuerzas del emperador Claudio II el Gótico junto al río Danubio.

lunes, 31 de octubre de 2016

POLÍTICA SOCIAL. Los pioneros de la caída del imperio.

En la noche del 24 de agosto del año 410 d.C., los astutos visigodos cruzaron la Puerta Salaria y se infiltraron en Roma con el propósito de saquearla durante 3 días y así conseguir riquezas y tierras.

       ANRV (agencia de noticias Romana-Visigoda) ”Los visigodos se acercaron a Roma sigilosamente. Sin antorchas, sin catapultas. Solo espadas, escudos y lanzas. Esperaron que los esclavos abrieran los portones para entrar”, dijo un romano que no quiso identificarse que sobreviviò el ataque.

Visigodo atacando a la población.
      Todo ocurrió la noche de 23 de octobris del año 410 d.C. El asedio comenzó en la hora duodécima y terminó a la cuarta hora tres días después. Luego, los visigodos, desaparecieron en la neblina del anochecer.

       Dos días antes, en Roma todo estaba “bien”. Todo cambió a la hora sexte en las planicies latinas. En la Puerta Salaria se desataría un “caos ordenado”en las palabras de uno de los esclavos.

       Los visigodos, bajo el mando de Alarico I, iniciaron el primer ataque pero los legionarios respondieron rápidamente. Luego, los esclavos se unieron al bando de Alarico. Un general, que se convertiría pronto en un prisionero de guerra, afirmó que las legiones retrocedieron hacia el cuartel donde fueron sitiados por tres días.

       Los esclavos mataron violentamente a los guardias de la Puerta Salaria. Avanzaron tomando poco menos de un stadium de ventaja. Uno de ellos nos informó que algunos sitiaban a las legiones mientras otros saqueaban sus riquezas.

Puerta Salaria. Por esta puerta pasaron
 los visigodos para llegar a Roma
       Los visigodos habían planeado saquear las riquezas de Roma e infundir terror en la población romana. Al conquistar Roma también decidieron someter a cualquier opositor. En consecuencia, lograron infundir miedo en lo poco que quedaba de la Roma Oriental.

       Los oligarcas imperialistas del Occidente se encontraron en una situación de crisis. Los visigodos eran más fuertes y más numerosos que los soldados y ciudadanos de Roma. Por eso fueron cruciales para el fin de la dictadura con aspecto republicano que los romanos llamaban Imperio.

La ciudad de Dios:

       De civitate die (La ciudad de Dios), un poema escrito por Agustín de Hipona en 410 d.C., horas después del ataque, habla acerca de cómo los romanos pensaban que este gran saqueo era un castigo divino y que todo se debía a los cristianos. Las opiniones de este autor se encontraban en un gran desacuerdo con la de los romanos en lo que concernía a la religión.




martes, 18 de octubre de 2016

SE ACERCAN LOS HÉRULOS, OTRA TRIBU GERMANA. Se aproxima otra guerra.

Los hérulos están cerca de Roma y parece que atacarán dentro de un mes. Roma, que está pasando un mal momento económico, político y social, toma las medidas necesarias para defenderse.

       (Fuente, agencia de noticias: Romanum Bellum) Se acerca un poderoso ejército de bárbaros que aprovecha que Roma está debilitada por la decadencia económica y la gran oleada de inmigrantes que llega para buscar riquezas. Se hacen llamar hérulos y se acercan con el propósito de atacar Roma. Están cerca, se estima, según Augústulo, que llegarán en alrededor de un mes, en Sextilis X. Según un mensajero romano (Octavio Remo), los hérulos atacarán por el Este, por lo tanto el ejército romano está tomando precauciones especiales. Con respecto a esto, Rómulo Augústulo, actual emperador romano, dijo “Pondremos gran parte del ejército en el Este para defendernos de los pueblos invasores germanos y aunque la presión sea grande, nosotros pelearemos hasta el final”.

Odoacro, líder de los hérulos

       Los hérulos atacan en grupos de aproximadamente 50 bárbaros que toman pequeños botines, aunque se están guardando hasta 150.000 hombres más para lo que sería la gran batalla. Se estima que vienen de Escandinavia. Su líder se hace llamar “Odoacro” o “Odovacar” y dice que luego de conquistar Roma incendiará Pavía.

       “La victoria se ve difícil aunque el ejército peleará con toda sus fuerzas, sin importar que la victoria sea imposible”, dijo un centurión. Muchos romanos creen que la guerra es una mala idea, no solo por la caída económica, los problemas políticos y de inseguridad, sino también porque creen que en algún momento la presión va a acabar con el Imperio tarde o temprano. Además, Rómulo Augústulo dijo que cuenta con 100.000 hombres para la guerra, por lo tanto, los hérulos son mayoría en batalla.

       Augústulo tomó precauciones. Unió los centuriales y los colocó al Este de Roma esperando a los invasores. La plebe presenta quejas en el Oeste, insinuando que desde que los centuriales se unieron y se asentaron en el este, la inseguridad y los robos aumentaron. El emperador no sabe cómo remediar esta situación.

       Los vientos se pusieron en contra de Roma ya que los sabios aseguran que se acerca la caída del imperio romano. A estas afirmaciones se les suman las palabras de un integrante de la Asamblea que dijo que no hay suficiente dinero para otra guerra. La plebe ve casi imposible la victoria romana y cree que es mejor perder esta guerra que ganarla y perder la siguiente ya que las muertes aumentarán y la presión de los pueblos germanos es muy fuerte.

       Con respecto a la mala situación que viven los romanos día a día, el senado dijo que los problemas son solo repentinos y que en poco tiempo cambiarán. Aunque habían dicho lo mismo cuando derrocaron a Julio Nepote y pusieron a Augústulo como emperador y la situación no cambió, sigue habiendo robos, inseguridad y corrupción. La plebe ya está cansada de Augústulo y del Imperio, y reclama tener intervención política como la tenía en la República.